Perder peso nunca ha sido fácil. Alrededor de la dieta paleo y muchas otras, han surgido tendencias que prometen resultados rápidos, pero sin la orientación adecuada pueden ser peligrosas, como las llamadas “dietas milagro”.

La dieta paleo propone un retorno a nuestros orígenes, bajo la idea de que antes se comía mejor. Pero, ¿realmente es así? Más bien, el ritmo de vida ha cambiado: hoy tenemos menos tiempo para cocinar y recurrimos a opciones como los precocinados, que facilitan el día a día, pero pueden afectar la salud si no los equilibramos bien. Entonces, ¿es la dieta paleo una solución real o solo otra moda? Vamos a verlo.

¿Qué es la dieta paleo?

La dieta paleo se basa en un principio simple: comer como lo hacían nuestros antepasados en la era paleolítica. La idea es que nuestro cuerpo está diseñado para consumir alimentos naturales, sin procesar, tal como lo hacían los cazadores-recolectores hace miles de años.

Esto significa que en la dieta paleo se priorizan carnes, pescados, huevos, frutas, verduras, frutos secos y semillas, mientras que se eliminan los alimentos procesados, los cereales, los lácteos y las legumbres, ya que estos aparecieron con la agricultura y la ganadería.

Sus defensores aseguran que este tipo de alimentación puede ayudar a mejorar la salud digestiva, reducir la inflamación y controlar el peso. Sin embargo, no es recomendable eliminar grupos de alimentos completos, ya que algunos aportan nutrientes esenciales.

Posibles riesgos de la dieta paleo

Aunque la dieta paleo se presenta como una opción “natural”, suprimir ciertos grupos de alimentos puede generar problemas de salud. Algunos de los principales riesgos incluyen:

  • Déficit de calcio y vitamina D: La eliminación de los lácteos reduce una fuente clave para la salud ósea, lo que podría aumentar el riesgo de osteoporosis a largo plazo.
  • Menos fibra y digestión más lenta: Al excluir legumbres y cereales integrales, el consumo de fibra disminuye, favoreciendo el estreñimiento y afectando la salud intestinal.
  • Exceso de grasas saturadas: Al basarse en carnes y huevos como fuente principal de proteínas, se pueden consumir más grasas saturadas de lo recomendado, lo que podría impactar la salud cardiovascular.
  • Dificultad para mantenerla: Es una dieta restrictiva que limita muchas opciones de alimentos, lo que puede hacerla difícil de seguir en el día a día y en situaciones sociales.

Más allá de sus propuestas, lo importante es que una alimentación equilibrada debe ser variada y sostenible a largo plazo. Ahora, veamos cómo se compara la dieta paleo con otras opciones populares.

Comparación con otras dietas

Dieta Paleo

Dieta Low Carb

Dieta DAP

Restricción de carbohidratos Moderada (sin cereales, legumbres ni azúcares). Baja a moderada (60-100g de carbohidratos al día). Alta en las primeras fases (menos de 50g al día), luego progresiva.
Eliminación de grupos de alimentos Sí (sin cereales, lácteos ni legumbres). No (solo reduce el consumo de carbohidratos). No elimina grupos, pero limita carbohidratos en fases iniciales.
Fuente principal de energía Proteínas y grasas. Proteínas, grasas y carbohidratos controlados. Proteínas de alto valor biológico y grasas saludables.
Estado de cetosis No busca inducir cetosis. No induce cetosis, pero favorece la quema de grasa. Sí en las primeras fases, luego se estabiliza.
Facilidad de mantenimiento Difícil, restrictiva y poco adaptable al estilo de vida. Más flexible, pero requiere control de carbohidratos. Flexible, pero debe ser supervisada por un especialista.
Objetivo principal Alimentación más “natural”. Regulación del metabolismo y quema de grasas. Pérdida de peso efectiva sin afectar la masa muscular.
Recomendada para largo plazo No, puede generar deficiencias nutricionales. Puede mantenerse con control y equilibrio. Sí, con supervisión y fases de reintroducción.

 

Mejor dieta para perder peso: Dieta DAP

Si el objetivo es perder peso de manera efectiva y segura, la Dieta DAP es una de las opciones más recomendadas. A diferencia de otras dietas, no elimina grupos de alimentos de forma permanente, sino que sigue un enfoque estructurado en fases para lograr una pérdida de grasa sin comprometer la masa muscular.

En las primeras fases, se reduce drásticamente el consumo de carbohidratos para inducir un estado de cetosis, en el que el cuerpo usa la grasa almacenada como fuente de energía. Esto permite una pérdida de peso rápida y controlada. Sin embargo, a diferencia de otras dietas cetogénicas, la DAP es normoproteica, lo que significa que el consumo de proteínas es equilibrado para evitar la pérdida de masa muscular.

A medida que se avanza en el proceso, la dieta evoluciona hasta lograr una alimentación equilibrada y sostenible, incorporando gradualmente más alimentos. Además, al ser un método supervisado por especialistas, se garantiza que el organismo reciba todos los nutrientes esenciales en cada fase.

Gracias a su estructura y control médico, la Dieta DAP no solo ayuda a perder peso, sino que también es una herramienta útil para personas con obesidad, diabetes o problemas metabólicos.

¿Qué es una dieta de aporte proteico (DAP)?

Si tienes alguna pregunta respecto a las dietas de aporte proteico no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

En la Clínica de la Doctora Jessica Ruiz en encontrarás la supervisión médica imprescindible para llevar a cabo una dieta DAP adecuada a tus necesidades y objetivos de manera individualizada.

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